Cómo desinfecta por UV-C nuestro producto Iris Tube

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22 de junio de 2022

Siempre hemos conocido la radiación ultravioleta, y se estudia desde hace tiempo, especialmente la más común (UV-A). A través de los rayos del sol, llega a La Tierra para aportar luz y calor. Pero no viene sola, ya que existen dos tipos más de rayos UV.

Junto a los UVA, alcanza nuestro planeta la radiación Ultravioleta B, que puede dañar los vínculos del ADN de la piel. Por otro lado, también conocemos el UV-C, que no consigue llegar hasta nosotros gracias a la protección que ofrece la capa de ozono.

Esta última es la que nos interesa. Tiene una longitud de onda muy corta y es peligrosa para los humanos y casi todos los seres vivos, pero los avances científicos nos han permitido sacarle provecho. Es capaz de eliminar organismos como hongos, bacterias y virus; por lo que se ha vuelto muy necesario en los últimos meses.

Como hemos remarcado, es dañina para órganos como la piel o los ojos, por lo que debe ser utilizada con precaución por expertos que sepan aplicarla. La radiación UV-C se utiliza para reducir los patógenos de una superficie y eliminar casi en su totalidad cualquier posibilidad de contagio.

Hoy queremos contarte cómo funciona uno de nuestros productos más demandados, el Iris Tube. Se trata de un perfecto aliado para la desinfección de múltiples zonas, especialmente útil al trabajar sobre lugares específicos que necesitan esterilización rápida y segura.

Características del Iris Tube

Como ya hemos comentado anteriormente en este blog, las luces ultravioletas son muy efectivas contra la COVID, pues su efectividad está por encima del 99’9%. Elimina los patógenos presentes en hospitales, laboratorios y otros lugares de paso para asegurar una limpieza absoluta del entorno.

En cuanto a esta herramienta concreta, está fabricada en aluminio ADC 12, con una excelente conductividad térmica. Este material, además, tiene una alta resistencia a la corrosión, por lo que hace que el Iris Tube sea perfecto para enfrentarse a todo tipo de situaciones.

Su cristal de cuarzo JGF2 de alta pureza permite la desinfección al 99’99% de la zona de espacio reducido impactada con el haz de luz. En un tiempo estimado de entre uno y cinco minutos estará completamente aséptica y lista para utilizar sin problemas.

Cuenta también con un sensor PIR de seguridad, que desactiva la lámpara a través de un detector de movimiento para evitar quemaduras. Se puede programar para que se reanude automáticamente entre 5 segundos y 10 minutos después.

A través de su aplicación móvil, podremos controlar el apagado y encendido de la lámpara, y conocer el consumo de electricidad. Esta app puede vincularse con Google Home o Amazon Alexa para activarla a través de los comandos de voz.

La longitud de onda UV-C es de 275 nanómetros, y en el formato UV-A sería de 400 nanómetros. Esto lo convierte en un método muy eficaz de desinfección, eliminando bacterias y virus en muy poco tiempo.

Se ofrece en formato de 6W y 12W, ofreciendo las mismas prestaciones pero modificando su tamaño. El primero es de 26 milímetros de diámetros y 588 milímetros de longitud; mientras que la lámpara más potente abarca los 1198 mm de largo.

Ya habrás comprobado que la radiación UV-C es perfecta para la desinfección de zonas perimetradas. Con el Iris Tube conseguirás enfocar tu trabajo exactamente donde lo necesitas, consiguiendo una limpieza máxima en unos pocos minutos. Protégete gracias a nuestras herramientas de eliminación de virus y bacterias.

 

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