La radiación ultravioleta es la que se comprende entre 10 y 400 nm. Según su longitud, hay varios subtipos, pero es la que se encuentra entre 200 nm y 280 nm la que tiene poder germicida. Así, la iluminación UVC para desinfección se emplea hoy en día no solo en el ámbito sanitario, sino en establecimientos de todo tipo para desinfectar superficies, objetos e incluso agua y aire.
Iluminación UVC para desinfección: rápida y segura
El efecto de la iluminación UVC para desinfección se debe a que esa longitud de onda es más corta y tiene más fuerza que la de otros tipos de rayos ultravioleta. Gracias a ello, es capaz de penetrar en la pared celular de los microorganismos patógenos y conseguir que lo absorban tanto su ADN como su ARN.
Esas modificaciones lo que consiguen es provocar cambios en ese material genético e inactivarlos. Dicho de otra forma, los microorganismos alcanzados por una lámpara de iluminación UVC para desinfección no pueden reproducirse, perdiendo su capacidad de infección.
De hecho, la iluminación UVC para desinfección es efectiva para combatir tanto virus y bacterias como hongos y esporas. Es más, el Ministerio de Sanidad y Consumo lo avaló en su momento como medio de desinfección rápida y sencilla en el caso del SARS-CoV-2, responsable de la pandemia.
Ventajas del uso de rayos UVC
La iluminación UVC para desinfección ofrece ventajas destacadas frente a otros sistemas de esterilización e higienización. En primer lugar, hay que destacar que, aunque los rayos ultravioletas puedan resultar perjudiciales para la salud, se trata de un procedimiento absolutamente seguro, siempre y cuando se sigan los protocolos establecidos.
Por otro lado, permite rebajar el empleo de productos químicos nocivos y no genera ningún tipo de residuos. Este aspecto tiene un doble beneficio. En primer lugar, la iluminación UVC para desinfección es especialmente apta para desinfectar agua y alimentos. En segundo lugar, resulta mucho menos lesiva para el medio ambiente que otro tipo de esterilización.
Usos de la iluminación UCV para desinfección
Las lámparas de rayos ultravioleta son hoy en día imprescindibles en cualquier establecimiento relacionado con la salud, desde hospitales a clínicas dentales o de fisioterapia, ópticas o laboratorios. La iluminación UVC para desinfección permite esterilizar todo el material e instrumental de una manera rápida y sin provocar en él ningún tipo de daño o alteración.
También resulta de enorme utilidad la iluminación UVC para desinfección de objetos y superficies en otro tipo de establecimientos en los que las condiciones higiénicas son fundamentales. Sería el caso de centros de estética y peluquería, así como de bares o restaurantes, por poner solo algunos ejemplos.
Más allá de estos usos sobre superficies o instrumental, el uso de rayos UVC no merma su capacidad germicida en su aplicación sobre el agua, por ejemplo, de piscinas o acuarios. Y, en lo que al medio aéreo se refiere, su empleo en sistemas de aire acondicionado o en forma de luminarias permite purificar el aire de recintos de gran afluencia de personas, desde centros escolares y de ocio hasta oficinas, gimnasios, tiendas o fábricas.
En cualquier caso, la clave de la efectividad de la iluminación UVC para desinfección está en emplear la longitud de onda adecuada. Se ha comprobado que la que tiene mayor poder de destruir la composición del material genético de los microorganismos es aquella que alcanza los 254nm.
Además, de ello, es fundamental elegir el número de lámparas o el equipo adecuados en función del material o espacio que se desee desinfectar. Por supuesto, cualquier aparato que se emplee debe de estar fabricado por especialistas, estar debidamente homologado y usarse de una forma adecuada.
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